El concepto converge en torno a la “Ciudad de 15 minutos” es la topofilia. Entendido como la apropiación de los lugares por las personas. El concepto converge en torno a la “Ciudad de 15 minutos” es la topofilia. Entendido como la apropiación de los lugares por las personas.
Visualiza lo siguiente, despiertas a las 7 de la mañana, sin prisa vas a preparar tu desayuno y te das cuenta que necesitas aceite o leche, así que caminas a la tienda y compras lo que te hace falta. Regresas para comer con tranquilidad. Paseas a tu mascota, conversas con tu familia y todavía tienes tiempo de llegar a la escuela o trabajo. Sales de tu casa quince minutos antes de la hora. En tu colonia o barrio todo está cerca, todo a 15 minutos.
Este es el concepto de la “ciudad de 15 minutos”, una propuesta urbanística que permitiría a la ciudadanía tener acceso a cualquier servicio: escuelas, trabajo, hospitales, supermercados, parques, entretenimiento, a una distancia de un cuarto de hora. Al desplazarse caminando o en bicicleta, las personas podrían tener un trayecto sin estrés, sin tráfico, cuidando el medio ambiente. Sin embargo, las ciudades de 15 minutos son todavía un sueño en Latinoamérica.
Pese a que esta planificación, desarrollada por el urbanista y académico colombiano Carlos Moreno, ha sido implementada en ciudades como París o Milán, donde la promoción de la bicicleta ya es parte de su día a día, en mega urbes de América Latina, como Bogotá o Ciudad de México, no es todavía una realidad inmediata.
Las políticas públicas de movilidad, así como de vivienda e infraestructura, condicionan la factibilidad del proyecto de este tipo de ciudades en países como México, Chile o Colombia, no obstante, Carlos Moreno (2022) ha comentado que algunos líderes políticos como la alcaldesa de Montevideo está muy interesada en implementar el proyecto en ciudades como Montería.
La aplicación de este concepto no es una fórmula mágica que pueda aplicarse de manera inmediata, sino que requiere planeación desde el sector público y la demanda de la ciudadanía. “Es un marco de pensamiento de las ciudades y el territorio, para reexaminarlo sobre la base de cómo ofrecer un máximo de servicios en proximidades urbanas e interterritoriales a bajo carbono (CO₂), que aumenten la calidad de vida, disminuyendo los largos desplazamientos… Se trata de repensar qué servicios se tiene y, sobre todo en América Latina, qué servicios no se tiene” (Moreno, 2022).
Escuchas el sonido del claxon de un automóvil seguido de muchos más que también se contagian de la desesperación de otros conductores, te encuentras en el tráfico de una gran avenida en alguna ciudad; así es como la gran parte de la ciudadanía se desplaza en las urbes donde los puestos de trabajo y otros servicios quedan lejos de la vivienda.
El planteamiento de la “Ciudad de 15 minutos” también representa un movimiento a nivel internacional que prioriza el cuidado del medio ambiente y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Tal como Anne Hidalgo, alcaldesa de París, ha establecido en su agenda política el “Plan de acción por el clima”, que busca reducir el uso y espacio para los automóviles; potenciar los desplazamientos en bicicleta o a pie; lograr una ciudad neutra en carbono y que solo use energías renovables.
París se ha establecido el objetivo de reducir emisiones de gases de efecto invernadero en un 25% en 2020 y 75% para 2050, por eso la ciudad es modelo en la aplicación del urbanismo de Carlos Moreno, quien ha trabajado en conjunto con Hidalgo para aplicar una reconstrucción de las calles en París. Su estrategia es sistémica, ya que no se trata solamente de la parte de planificación urbanística, sino que implica modificación en el ámbito de políticas públicas en movilidad sostenible, renovación climática y de espacio público.
Por ello, es importante la parte pública implicada, puesto que los urbanistas por sí solos no podrían implementar una ciudad de 15 minutos sin la estructura gubernamental como apoyo, donde el principal objetivo sea una urbe como ecosistema que se preocupe por la calidad de vida de la ciudadanía, donde no haya segregaciones sino responsabilidad social.
La premisa es que las personas puedan vivir cerca de todos los servicios que utilicen para reducir el impacto del transporte, dando prioridad a la caminata o bicicleta para desplazarse. Como lo manifiesta Moreno (2022) al visualizar una ciudad o territorio concreto, se formulan las siguientes preguntas: dónde y cómo trabajo; dónde y cómo habito; dónde y cómo me cuido física y mentalmente; dónde y cómo accedo a la cultura y al entretenimiento.
Dar respuesta a cada uno de estos cuestionamientos permite al urbanista llevar a cabo un mapeo de una ciudad, que le permita organización y acceso a los bienes y servicios a los que demandan las personas. Sin embargo, para Latinoamérica, el académico considera que algunas ciudades, como Ciudad de México, han sido desarrolladas sin planificación.
Por su parte, algunas de las ciudades que están adoptando iniciativas similares a la “Ciudad de 15 minutos” son Melbourne, Ottawa, Detroit, Copenhague, Utrech o Dublín. También se han interesado ciudades latinoamericanas como Buenos Aires, Montevideo, Lima, Medellín, Guayaquil o Río de Janeiro.
Mientras el proyecto cada día toma más fuerza, Moreno también ha recibido ataques de grupos ultraderechistas que tienen una visión negativa. De manera puntual, estos grupos consideran que es una conspiración mundial que busca encerrar a la gente en sus colonias, regresando a lo que ocurrió en la pandemia por el Covid-19 y los confinamientos.
En entrevista con el medio español Público (2023), el académico manifestó que el tipo de comentarios que ha recibido también son en un tono racista, ya que han lanzado consignas como: “si vienes a Madrid tendrás que atenerte a las consecuencias de lo que estás diciendo”. No obstante, el experto está tranquilo y es consciente de la complejidad de estos movimientos extremistas, por lo que prefiere centrarse en los avances de su implementación.
La planeación e implementación de la “Ciudad de 15 minutos” busca rescatar la parte humanizada de una metrópoli, donde el sentido de comunidad esté presente entre las personas que la habitan. Al respecto, Carlos Moreno comenta que en la actualidad es impactante ver cómo desaparecen todos los tipos de tiempo: útil, creativo, social y personal. Ya que el tiempo que predomina es el de la productividad, las ciudades también han ido perdiendo su lado más habitable, aquel donde una persona pueda transitar con calma por sus calles porque están bien iluminadas, equipadas y son seguras.
“Estamos frente a un mundo urbano que ha perdido su capacidad de introspección personal, su interacción social y su capacidad de intelectualizar colectiva y creativamente para manejar esa realidad” (Moreno, 2022).
Ante tal escenario, se pretende lograr que las ciudades tengan más opciones de trabajo y servicios en cualquier parte de la ciudad y no solo en el centro de las urbes; poder descentralizar las ciudades de acuerdo al concepto de cronourbanismo.
“Un modelo de ciudad que permite romper con el círculo vicioso de la gran metrópolis en la que se producen desplazamientos obligados de millones de personas muy temprano a la mañana y al final de la tarde, y que van “apiñados” en transporte público” (Mayorga, 2021).
Asimismo, el proyecto se basa en el concepto de cronotopía, es decir, la reutilización intensa de los espacios, donde cada punto de la ciudad, cada edificación, sea valorizada por el tipo y cantidad de actividades que se puedan realizar en ella.
Ejemplo de esto es París, donde “se transforman los patios escolares en oasis urbanos, se protegen los edificios de las olas de calor, se promueve la permeabilidad del suelo, se plantan más árboles, se instalan más de mil fuentes en la ciudad y se propone la reapropiación social de las riberas del Sena” (Mayorga, 2021).
Por último, el concepto que también converge en torno a la “Ciudad de 15 minutos” es la topofilia. Entendido como la apropiación de los lugares por parte de las personas y los lazos que se crean con el entorno donde vivimos.
Piénsalo de esta manera, cuando te sientes parte de tu colonia, cuando cada calle que transitas y cada edificio que observas le asignas una significación porque existe un recuerdo, una memoria de ese lugar, es entonces cuando se ha creado un lazo. Y cuando se ha generado un vínculo así, es más sencillo tomar acción por tu ciudad, no tirar basura porque quieres ver las calles limpias, respetar las bancas de un parque y no dañar la propiedad privada de un edificio histórico porque sabes que es parte de ti también.
Reflexiones finales
El ideario de este proyecto, ahora a nivel internacional, es que no permee la segregación o privatización, es decir, que las “Ciudades 15 minutos” no sean un paquete que se pueda vender a las inmobiliarias para que promocionen fraccionamientos de lujo, en los que solo la ciudadanía con una alta capacidad adquisitiva pueda vivir.
Se trata de una estrategia sociopolítica y ambiental, urbanística y de políticas públicas para los barrios, colonias y ciudades, de manera que cualquier persona pueda disfrutar de una mejor calidad de vida.
Como apunta Moreno (2022), en el caso específico de Latinoamérica, “la distancia es un vicio y tenemos que convertir la proximidad en una virtud”, por lo tanto, para cuidar el medio ambiente y construir relaciones comunitarias más afectivas, es necesario promover un modelo de las ciudades basadas en la proximidad y accesibilidad.
Mayorga, M. (2021) En París: la ciudad de los 15 minutos. “A pie o en bici. Perspectivas y experiencias en torno a la movilidad activa.” Ruiz-Apilánez, B. y Solís, E. (Eds.), Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. http://doi.org/10.18239/atenea_2021.25.00
Moreno, C. (2022) En Ciudades de 15 minutos, ¿también en América Latina?, Recuperado en https://www.dw.com/es/ciudades-de-15-minutos-tambi%C3%A9n-en-am%C3%A9rica-latina/a-63630011
Público (2023) Entrevista Carlos Moreno, creador de la ciudad de los 15 minutos, denuncia amenazas de grupos nazis: «Los ataques son permanentes» | Público (publico.es)
Gema Mateo Pacheco
Redactor en EXPOSTEscritora, comunicóloga y lectora. Maestra en Opinión Pública y Marketing Político, investigadora en juventudes, colectivos sociales, educación y ciencia.
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