“Una mentira repetida incesantemente termina por convertirse en verdad”
Joseph Goebbels
Ministro de Propaganda de la Alemania Nazi
¿Malinchista o patriotero?, ¿Conquistados o traidores?, ¿Raza superior o mestizaje prodigio? Muchas veces, como mexicanos, hemos dicho o escuchado la expresión “si no nos hubieran conquistado los españoles…” y el final de esa oración varía dependiendo de la ideología, por un lado existen los caóticos que aseguran que “éramos” una raza suprema que destruyó Cortés, o también los fatalistas que afirman que llegaron a mostrarnos la maldad del mundo.
El caso de la “conquista de México” es uno de los relatos históricos de nuestro país que más polémica levanta, puesto que se habla de altas traiciones que dieron como resultado el sometimiento de “nuestros ancestros”. Sin embargo, ¿Es cierto que se conquistó a México en 1521?
Diego Rivera en su mural “La colonización de Hernán Cortés a Veracruz”, cuenta su versión de la conquista, en la obra se puede ver a un Hernán Cortés desfigurado por la sífilis, recibiendo oro de un indígena, mostrando la imposición de la religión católica y lo que para él fue la conquista: indígenas sumisos y esclavizados, y unos españoles ávidos de poder.
La historia es de quien la escribe, sin embargo las interpretaciones de la misma son siempre particulares. En la constante búsqueda por la utópica objetividad, se cimentó, a mediados del siglo XIX, la tan subjetiva profesión del historiador, cuya principal función es mantener un compromiso con la verdad. A pesar de esto, irónicamente, la historia ha estado al servicio de la ideología y las influencias políticas.
Para iniciar el relato de la conquista hay que enfatizar que México cuenta con una construcción histórica de su proceso de creación como Estado-Nación, por lo cual hubo que hacer ciertos ajustes en los hechos históricos para que pudieran dar lugar a la primera falacia: México es un país con 3 mil años de historia.
España estuvo bajo dominio de los árabes durante siete siglos, antes de conformarse como un reino. El Descubrimiento de América y la Conquista de Granada en 1492, están considerados simbólicamente como el origen de la España moderna.
Los relatos históricos, tanto el español como el mexicano parten de un suceso, la llegada de Cristóbal Colón a lo que hoy conocemos como América en 1492, sin embargo el contexto es diferente para ambos continentes. Mientras las culturas mesoamericanas habitaban en gran parte del territorio que hoy conocemos como México, la Península Ibérica vivía un proceso de unificación de diversos reinos, entre ellos España, e iniciaba la búsqueda nuevas rutas comerciales que les dirigieran a los imperios de Asia.
La Conquista de Tenochtitlán –no de México- sucedió el 13 de agosto de 1521, aquí es donde ambos relatos son divergentes. España trata este suceso como un proceso civilizatorio de la nación española, mientras que México aborda este hecho como la primera conquista del Estado-Nación.
Decir que España conquistó a México es un error por dos vías. Primero porque España no podía ser concebida como nación, sino que para esos momentos, en Europa se vivía una monarquía que gobernaba sobre un conjunto de reinos, entre ellos España. Por tanto, España como Estado-Nación no existía. Lo mismo aplica para el caso mexicano, se conquistó a Tenochtitlán no a México, ya que este no existía como Estado-Nación.
Según datos de la biblioteca de México, las tropas de Cortés estaban formadas por aproximadamente 700 hombres, sin embargo Tenochtitlán fue sometida por alrededor de 150 mil invasores ¿De dónde salió el resto?; la caída de esas tierras fue a manos de los propios indígenas que se sumaron a las tropas de los peninsulares y participaron en, al menos, dos campañas militares para liberarse del yugo azteca.
José Luís Martínez, autor del libro Hernán Cortés, relata que el “conquistador” ofreció una alianza que permitía a los tlaxcaltecas liberarse de la opresión que vivían a manos del imperio de Moctezuma.
Aquí es donde se crea un cisma en el relato de los historiadores, puesto que contar que entre culturas se traicionaron, atenta contra la construcción de la historia del nacimiento de México como Estado-Nación. Por lo anterior, se creó la versión de la conquista a manos de “Españoles” y liderados por la polémica Malinche.
Si de odio mexicano se trata, la Malinche es una de las figuras que más lo causa, pues representa la traición hecha mujer, quien, según los relatos, fue la culpable de que finalizara la época dorada de la “nación mexicana”.
Según Bernal Díaz del Castillo, la Malinche nació en Painalla, un pequeño poblado cerca de Coatzacoalcos y fue entregada a Alonso Hernández de Portocarrero, uno de los hombres más cercanos a Cortés. Éste último descubrió que la Malinche, además de hablar maya, dominaba la lengua de los aztecas así que la convirtió en la traductora de los peninsulares para poder comunicarse con Moctezuma, el señor de Tenochtitlan.
Si bien la Malinche posteriormente se convertiría en parte de la nobleza española, ella no eligió la vida que se le dio, puesto que fungió como esclava y posteriormente guió a la unificación y consolidación de la conspiración entre indígenas y peninsulares quienes, gracias a la viruela, lograron la pronta caída de los tenochcas.
Es decir, la caída de Tenochtitlán fue a causa, principalmente de la viruela traída desde el viejo continente y de la alianza entre peninsulares e indígenas, no por una “traición” de la Malinche. Por lo anterior, se creó un miedo irracional a lo extranjero, a lo diferente, el hecho de tener cierta preferencia por lo otro antes que por “nuestras raíces”, es lo que hoy se conoce como malinchismo y no es otra cosa que una construcción patriótica que sólo causa odio y miedo hacia el otro.
Tal como refiere el historiador Juan Miguel Zunzinegui, parece que la conquista del mexicano está en su mente y en las historias que se les han contado desde niños, eso crea una mantalidad en la que siempre seran los conquistados. “Aceptar que estamos como estamos y somos como somos, sería un acto de madurez con el que podríamos salvar a nuestro país” (Zunzunegui, 2017)
“El 13 de agosto de 1521, defendida heroicamente por Cuauhtémoc, cayó la plaza de Tlatelolco en manos de Cortés. No fue un triunfo ni una derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mexicano que somos ahora”.
Si bien, México no existió hasta el choque del mundo europeo con las culturas mesoamericanas que habitaban el territorio en el que hoy vivimos, es cierto que existió una conquista, la imposición de una religión, de una ideología y la caída de un imperio para la construcción de otro, pero a pesar de esto, sin la conquista a manos de “españoles”, esta nación no sería el México que conocemos hoy en día.
La herencia del mestizaje está arraigada, incluso, en nuestra propia cotidianeidad: inicialmente, el tan emblemático mariachi existe gracias a la fusión entre ritmos autóctonos de los indígenas de Cocula y los instrumentos españoles como el violín y la guitarra. El resultado de la mezcla de una planta de Mesoamérica llamada agave y el proceso de destilación implementado por los europeos, creó el tradicional Tequila. Y ni hablar del orgullo nacional: El taco, pues con la llegada de los españoles, llegaron también los cerdos a Ámerica. Bernal Díaz del Castillo relata que en uno de los tantos banquetes organizados por Hernán Cortés para sus soldados, comían carne de cerdo acompañado del “pan de los naturales”: la tortilla. Es decir, el primer taco fue de carnitas y creado producto de la unión de estos dos mundos.
México, una nación llena de tradiciones gracias al mestizaje, gracias al encuentro del mundo ibérico con el mesoamericano. Contar y repetir la historia de traición para crear sentido patriota, es ignorar el origen de este Estado-Nación. Soltar las versiones de sumisión, conquista y odio y aceptar que somos producto de un mestizaje (como la mayoría de las culturas), nos abrirá las puertas a entender mejor nuestra historia; y alejarnos de la mentalidad conquistada para dar paso a una totalmente abierta al cambio.
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Díaz, B. (2003) Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España. Biblioteca Virtual Universal. Recuperado de http://www.biblioteca.org.ar
Martínez, J. (2002) Hernán Cortés. Fondo de Cultura Económica. México
Moreno, M. (2011) 100 mitos de la Historia de México, Volumen 1. Planeta. México
Zunzunegui, M. (2012) Los mitos que nos dieron traumas. Grijalbo. México
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muy de acuerdo
Muchas gracias por tus comentarios Rogelio.
Cortez y el reino español estaban ansiosos por apropiarse de nuevas tierras para la corona española, convertir a los indígenas al cristianismo y saquear la región en busca de oro y riquezas. Eso es, o fué la conquista del territorio que hoy es México.
Saludos, interesante post, sin embargo me surge una duda y ojalá me la pudieran aclarar; cito textual: «Decir que España conquistó a México es un error por dos vías. Primero porque España no podía ser concebida como nación, sino que para esos momentos, en Europa se vivía una monarquía que gobernaba sobre un conjunto de reinos, entre ellos España. Por tanto, España como Estado-Nación no existía».
Si España no existía como estado-nación, ¿entonces porqué al territorio conquistado se le llamó: virreinato de la Nueva España?
Gracias.
Muchas gracias por tus muy acertados comentarios Ricardo. Es cierto que durante el período de la conquista y colonización de América, el concepto moderno de estado-nación tal como lo entendemos hoy en día no estaba completamente desarrollado. En su lugar, existían imperios y monarquías que gobernaban sobre territorios diversos. En el caso de España, aunque no se puede hablar de un estado-nación en el sentido contemporáneo, sí existía una identidad política y cultural que se asociaba con la Corona española.
El término «virreinato de la Nueva España» se refiere a la organización política administrativa establecida por la Corona española para gobernar el territorio conquistado en América, específicamente en lo que hoy conocemos como México. Aunque España como estado-nación no existía en el sentido moderno, la monarquía española ejercía control sobre un vasto imperio que incluía territorios en Europa, África, Asia y América. El uso del término «Nueva España» para referirse al territorio conquistado refleja la autoridad y el dominio de la Corona española sobre esa región, aunque la noción de estado-nación como la entendemos hoy no se aplicara directamente.
En resumen, aunque España no era un estado-nación en el sentido contemporáneo, sí ejercía control político y administrativo sobre los territorios conquistados en América, incluido el virreinato de la Nueva España.
Excelente nota !!! Y muy amplio tema, estamos todavía sumergidos en nuestros complejos de conquistados es hora de ver de una manera real y objetiva los sucesos pasados, somos nosotros los que nos conquistamos o sometimos, somos el mestizaje de muchas culturas, superemos y aceptemos la realidad histórica sacudirnos de complejos y veamos nuestra riqueza cultural
Muchas gracias por tus comentarios Luis. 🙂
Muy interesante y completamente cierto, la historia lamentablemente se ha transformado en verdades a medias, como bien comentabas, es cierto que hubo un proceso de colonización y de imposición ideológica, sin embargo atribuirle la «caída de un gran imperio» a este proceso, y atribuirle a este «gran imperio» la correlación con México es no solo una premisa de victima, si no de ignorancia. La gente ignora por completo que México antes de ser nación independiente, y antes de la «conquista», ya era una nación multicultural por sus diversas culturas indigenas, y que absurdo considerar que la cultura Mexica era la representante de México solo cuando nos conviene.
En fin, impresionante reseña e investigación, hay que conocer la historia para poder entender el mundo en el que vivimos y lo que somos, no para vivir en lo que fuimos.
Muchas gracias por tus comentarios Diego
En primer lugar, está mal planteada la pregunta: ¿Fue la conquista del Imperio Azteca por Hernán Cortés un hecho negativo para la historia de México? El país de México no existía antes de la llegada de los españoles; eran diversos grupos indígenas, como los Aztecas, que dominaban ciertos territorios, pero el país de México no existía como tal. En pocas palabras México no era México y no era un país. México nace a partir de la guerra de independencia y desde entonces sus habitantes son una mezcla de sangre española con indígena (con algunos grupos con sangre 100% indígena), pero en su gran mayoría México es el producto del mestizaje entre españoles e indígenas. Considerando esto, que un mexicano critique la conquista es criticarse a sí mismo y negar su propia existencia.
No se puede ver ni juzgar un hecho histórico de más de 500 años desde la perspectiva y análisis contemporáneo donde el pensamiento colectivo es dado por la actual generación de cristal. En aquellos tiempos no existía el nivel de conciencia, ni conocimiento, ni los valores morales y sociales que se tienen ahora. En los años de la conquista era normal que unos pueblos conquistaran a otros e impusieran sus normas e ideales/ideologías. Incluso en este caso el pueblo conquistado, que son los Aztecas eran «conquistadores» de otros pueblos vecinos que eran más débiles que ellos y en esos tiempos eso era normal. Los Mexicas («Aztecas»), por ejemplo les pedían tributos a los Tlaxcaltecas, hacían prisioneros a algunos de ellos y los sacrificaban para sus dioses. Así pues, es erróneo ver la conquista como un hecho atroz ya que se estaría juzgando desde una perspectiva actual lo cual no sería justo. Además, la perspectiva general del mexicano en cuanto a la conquista, es totalmente equivocada. Los mexicanos hablan de la conquista como si ellos hubiesen sido esos «aztecas» de hace más de 500 años, cuando en realidad la nación mexicana ni siquiera existía en esos tiempos. Es más, los mexicanos no se ponen a pensar que sin el hecho histórico de la conquista ellos no existirían, ya que el país de México no existía en esos tiempos y nació como resultado posterior de la conquista. Por lo tanto, los mexicanos, en su gran mayoría, son el resultado de esa mezcla entre españoles e indígenas. Es decir que gracias al mestizaje nació el mexicano actual. Por este motivo, criticar la conquista y odiar a España y a los españoles por ese hecho histórico que es la conquista, es criticar y odiar parte de sí mismos, ya que todo mexicano de hoy lleva en su cuerpo sangre española además de sangre indígena.
Esta cita de un comentario anterior demuestra que el mexicano, en general, sigue sin entender su historia: «estamos todavía sumergidos en nuestros complejos de conquistados». Les recuerdo que los mexicanos no fuimos «conquistados»; en todo caso los conquistados fueron los «Mexicas» (Aztecas) que vivieron hace más de 500 años. Además, es una verdad a medias decir que esos Mexicas de antaño fueron nuestros ancestros. En todo caso nuestros ancestros también son los conquistadores españoles, ya que de la mezcla de ellos con los indígenas surgimos la gran mayoría de los mexicanos.
Muchas gracias por tus comentarios Patricia, se los haré llegar al autor.