Seguramente, si cuentas con un sueldo más o menos deseable, responderás que no te encuentras en el rango de la precariedad laboral, pero ¿estás en lo cierto?
En este artículo, voy a compartirte la definición de precariedad laboral para que hagas una especie de checklist y puedas valorar si tus condiciones laborales dejan mucho que desear.
La palabra precario proviene del latín precarius, un adjetivo que anteriormente se relacionaba con la idea de obtener algo a través de plegarias. En la actualidad, el término describe una situación incierta, poco estable o de corta duración. Repasemos un poco los orígenes del término antes de exponer una definición concreta.
En la década de los setenta, en Europa, se comenzó a hablar sobre precariedad laboral cuando se derogó el contrato de base o duración indeterminada, pero con el tiempo la definición se extendió.
En Francia, cualquier trabajo conectado con agencias de empleo temporal, bajos costos de despido, horarios flexibles y rotación de puestos se concibió como precario, mientras que en América Latina, a estas características se agregaría una más: bajos salarios.
La precariedad laboral es el deterioro de las condiciones laborales, reflejado en el ingreso, las prestaciones, el acceso a la seguridad social, la duración de la jornada y el tipo de contrato. A partir de esta definición, haremos un breve ejercicio para conocer cómo afecta nuestras vidas este fenómeno.
Con frecuencia, solemos vincular un buen empleo con un salario más o menos deseable: aquel que nos alcanza no sólo para cubrir nuestras necesidades básicas, también para darnos ciertos lujos, como comidas fuera de casa, vacaciones en la playa, ropa de marca, conciertos y salidas los sábados por la noche. ¿Cómo podrías entonces tener un trabajo precario? Replanteemos la pregunta con base en algunas situaciones hipotéticas.
¿Qué pasaría si sufres un accidente y requieres hospitalizarte?, ¿tendrías lo suficiente para cubrir tus gastos médicos? Y, si te diagnosticaran una enfermedad crónica, ¿podrías pagar tu tratamiento?
Cumples con tus responsabilidades laborales de manera impecable, pero por problemas financieros, la empresa decide recortar al personal y tú estás entre los “elegidos”, ¿tendrías un colchón para cubrir tus gastos en lo que encuentras otro empleo?, ¿podrías seguir pagando tus deudas?
Sufres una lesión jugando algún deporte, por lo que requieres una operación e incapacitarte por un mes, afortunadamente, tu empresa te garantiza la asistencia médica, así como una parte significativa de tu salario (en México, es el 60 por ciento), ¿te alcanzará ese dinero para cubrir tus gastos, si vives al día con el 100 por ciento del mismo?
Estos son algunos escenarios que experimentan las personas con trabajos precarios, pero pueden ser muchos más. La cantidad de prestaciones de ley para un trabajador puede darnos una idea:
El sentido común nos llevaría a pensar que, entre más alto es tu grado académico, la posibilidad de gozar de mejores condiciones laborales es mayor, sin embargo, en nuestro país, esto no es una realidad.
En 2017, como resultado de un proyecto de investigación realizado con base en información sustraída de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se encontró que, en los estados de Puebla, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Tlaxcala, los profesionistas[1] laboran con un nivel de precariedad alto, mientras que, en Chihuahua, Nuevo León, Querétaro, Sonora y Coahuila, hay una mayor cantidad de profesionistas trabajando sin precariedad.
Todos los días escuchamos historias que corroboran que tener un empleo no precario está muy lejos de la realidad: la del amigo que un viernes acude al trabajo y regresa con una “carta de renuncia” sin justificación alguna, la de papá o mamá que labora en domingo sin algún pago extra o la de la prima que no recibió aguinaldo este año, y otras más de las que muchos somos protagonistas.
Ojalá que nuestros empleadores nos ofrecieran mejores condiciones laborales por derecho y no por mérito, que estas historias cada vez se cuenten menos. Ojalá que al hacer tu checklist y valorar si tu trabajo es precario, tu respuesta sea NO.
Si quieres saber más sobre precariedad puedes leer el siguiente artículo: “Difficulty Level: Hard” Las condiciones del emprendedurismo en Iberoamérica
[1] Se utilizó como variable proxy a los profesionistas ocupados y remunerados y se elaboró un índice con base en la técnica de análisis factorial, mediante los métodos de regresión y mínimos cuadrados generalizados.
María Luisa Guzmán Vázquez
Redactor en EXPOSTFan from hell de The Office, Bowie y de los michis. Mamá de tiempo completo. Aspirante a escribir cuentos cortos y correr un maratón. Alguien me dijo que si fuera música sería post-punk.
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