En cuatro meses, la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024 se reflejará en el río Sena. Serán 16 días de competiciones repartidas en diversas sedes. Además del desempeño de los atletas, estaremos al pendiente de algunas de las secuelas que han dejado eventos pasados y que esperamos que, en esta ocasión, no se repitan. Nos referimos a los elefantes blancos.
Seguramente muchos de nosotros tenemos un elefante blanco. Sí, esa caminadora que compraste para hacer ejercicio en casa que te costó la mitad de tu quincena y que, al final, no usaste, ya sea por falta de tiempo o espacio, es un elefante blanco. Y no, no importa que lo hayas convertido en un toallero; perdió su utilidad, justo como ocurrió con la infraestructura sobre la que trata este artículo.
Antes de hablarte sobre la manada de elefantes blancos dejados por competiciones de talla mundial, analizaremos la definición de esta figura retórica en materia de obra pública.
Los elefantes blancos en materia de obra pública
De acuerdo con Julio Franco Corzo, un elefante blanco es una obra de infraestructura que cuenta con alguna de estas particularidades:
Por estas características, ejemplifiqué el término con la caminadora, la cual sería un elefante blanco porque gastaste mucho dinero en ella, pero no estás más saludable o ejercitado. Además, no sólo te costó dinero, también espacio, ya que no puedes poner ahí otra cosa y, por supuesto, no le estás sacando el máximo potencial.
Lo anterior ocurrió con varias instalaciones gestadas para juegos olímpicos y copas mundiales, con una fundamental diferencia: el despilfarro de dinero fue exponencial y, lo peor, una gran parte del mismo provino del erario público. Estos son algunos de los elefantes blancos más sonados.
Los elefantes blancos de Atenas
En 2004, Atenas albergó los Juegos Olímpicos. Todos sabemos que ser sede de este magnánimo evento representa para muchos países cierto nivel de estatus. Es por ello que la mayoría despliega todos sus esfuerzos para que la organización sea de diez. Para el país que dio a luz al olimpismo, no estar a la altura habría sido un gran fracaso.
El gobierno de Atenas invirtió aproximadamente 12 mil millones de dólares para construir más de 30 espacios donde tuvieran lugar las competiciones de las distintas disciplinas. El problema es que estas instalaciones sólo brillaron durante el evento, pues el fracaso vino después, cuando quedaron casi en ruinas. No hubo posibilidad de recuperación, ya que cuatro años después, la crisis económica llevó al gobierno a priorizar sus gastos.
Los elefantes blancos de Río
En 2016, le tocó a Río de Janeiro abrazar los Juegos Olímpicos. El gobierno brasileño gastó 4 mil 600 millones de dólares para remodelar las sedes de las competiciones. El buen estado de las mismas se mantuvo mientras los atletas realizaban sus hazañas, ya que, una vez que estos regresaron a casa, el deterioro y el abandono se abrieron paso.
El mal estado de las instalaciones empujó a las autoridades a formalizar una investigación. Se documentaron paredes rayadas, campos de golf destruidos, albercas repletas de agua sucia y asientos almacenados. Entre las ruinas también estuvo el Estadio Maracaná, el cual fue foco de vandalismo y hurtos hasta 2019, cuando con la Copa América se renovó.
Los elefantes blancos de Beijing
Beijing 2008 marcó un hito en la historia como el segundo evento deportivo más costoso, con un gasto exorbitante de 40 mil millones de dólares. La magnífica inauguración y la impecable organización impresionaron a todo el mundo en su momento, pero hoy lo que sorprende es el estado desolador de las instalaciones que albergaron las competiciones.
En la actualidad, las sedes olímpicas, sus alrededores y otras grandiosas instalaciones que fueron testigos del brillante desempeño de los atletas chinos, yacen en un estado de abandono y cubiertas de polvo.
El elefante blanco de México 86
En 1981, fue inaugurado el Estadio Neza 86, el cual fue elegido como sede para la Copa del Mundo de México en 1986. Se convirtió en un hogar glorioso para el futbol mexicano y sus gradas llegaron a ocuparse por el cantante de Maggie May, Rod Stewart, y Diego Armando Maradona.
Este estadio albergó a los famosos Toros Neza de Antonio “el Turco” Mohamed, un equipo que hizo historia y cautivó a los aficionados por su estilo desinhibido y folclórico. Sin embargo, desde el descenso del último equipo de primera división, en el 2000, el estadio se ha mantenido de recuerdos y proyectos infructuosos de renovación por la falta de inversión y actividad. Con el paso de los años, este estadio fue condenado al desuso, y la grandeza de antes se convirtió en un estado de olvido casi absoluto.
El puñado de elefantes blancos de Brasil 2014
Todo indica que Brasil no sólo es cuna de algunos de los mejores futbolistas del mundo, sino que también ha arrullado a varios elefantes blancos. En 2014, más por decisiones impulsadas por intereses políticos que estratégicos, el gobierno decidió que serían 12 las ciudades sede de la Copa del Mundo de Brasil, cuando sólo eran requeridas ocho.
El país invirtió 2 mil 300 millones de euros para construir seis estadios, entre ellos, el Mané Garrincha en Brasilia, el cual después de costar 470 millones, hoy es escenario de bodas y actos religiosos. Otros estadios como el Manaus, Cuiabá y Recife sobreviven a costa de pérdidas millonarias anuales. Por lo visto, Brasil no sólo perdió su dignidad en la goleada por parte de Alemania.
Este tipo de competiciones suelen generar elefantes blancos por tres motivos: 1) la estimación errónea del presupuesto, por ejemplo, en el caso de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, el gastó superó casi en una tercera parte lo estimado; 2) la falta de coordinación entre los encargados de la construcción y mantenimiento de los recintos, como ocurrió con el Estadio de Maracaná; y 3) la ausencia de una planeación para su reutilización.
Es importante que los gobiernos y otras entidades involucradas en estos eventos tengan claro que no se trata sólo de construir monumentos para la posteridad, sino de asegurar que cada inversión pública responda a las necesidades de la competición y tengan un plan de sostenibilidad a largo plazo. Sólo de esta manera puede evitarse que la gloria pasajera de un evento deportivo contraste con la negligencia y el olvido que le siguen.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 tienen la oportunidad de redefinir el legado olímpico, en buena parte gracias a la espectacularidad de su inauguración y el fervor de sus competencias, pero también al promover un impacto positivo y perdurable a través de sus instalaciones. La verdadera victoria para París será asegurar que sus estadios y otras infraestructuras no se conviertan en los elefantes blancos del mañana, y que florezcan como espacios integrados a la vida de la ciudad, sirviendo a sus comunidades mucho después de que la llama olímpica se haya extinguido.
La Silla Rota (11 de julio de 2020). “Elefantes blancos”: estadios abandonados alrededor del mundo. La Silla Rota. Recuperado de https://lasillarota.com/deportes/deporte/2020/7/11/elefantes-blancos-estadios-abandonados-alrededor-del-mundo-237601.html
Charner, F. y Darlington S. (01 de febrero de 2017). El Maracaná: un templo del fútbol en el abandono. CNN. Recuperado de https://cnnespanol.cnn.com/2017/02/01/por-que-el-legendario-maracana-tiene-un-aspecto-fantasmagorico/
Muñoz, D. (17 de febrero de 2019). Ruinas Olímpicas: Así lucen hoy las sedes abandonadas de los JJOO. La silla rota. Recuperado de https://lasillarota.com/deportes/ruinas-olimpicas-asi-lucen-hoy-las-sedes-abandonadas-de-los-jjoo/271709
Milenio. (07 de agosto de 2018). Instalaciones olímpicas sufren abandono a 10 años de Pekín 2008. Milenio. Recuperado de https://www.milenio.com/deportes/mas-aficion/instalaciones-olimpicas-sufren-abandono-10-anos-pekin-2008
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National Geographic. (s. f.). Estadios olímpicos abandonados y “reciclados” de todo el mundo. National Geographic en español. Recuperado de https://www.ngenespanol.com/el-mundo/que-pasa-con-los-estadios-olimpicos-despues-de-las-olimpiadas/amp/
Franco Corzo (2021). El país de los elefantes blancos. México: IEXE Editorial.
María Luisa Guzmán Vázquez
Redactor en EXPOSTFan from hell de The Office, Bowie y de los michis. Mamá de tiempo completo. Aspirante a escribir cuentos cortos y correr un maratón. Alguien me dijo que si fuera música sería post-punk.
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Excelente lectura con excelentes ejemplos de ELEFANTES BLANCOS .
Claro está que en muchos paises el despilfarro de miles de millones de pesos son obras innecesarias y sobre todo mal ejecutadas .
Hola, no solo en los países que han sido sede de Juegos Internacionales, existen elefantes blancos, en países pequeños como Ecuador, se construyeron edificios que se supone eran para la administración pública, o para hacer deporte; y, a la primera lluvia, de invierno, el agua pasó el techo y corría por todas las oficinas, las escaleras y dañó todo; construcciones mal hechas, a alto costo, que luego fueron abandonada, y que costó mucho dinero del pueblo; así como este ejemplo, son derroches de los gobernantes en construcciones, sin planificación ni técnica, sin un plan de mantenimiento periódico; constituidos en verdaderos «Elefantes Blancos».
Ejemplo Ecuador pasando por una grave crisis que le aqueja, victima de muchos factores sociales y políticos, la extrema pobreza, discriminación, desigualdad social entre otros, es por ello que a la juventud hay que saberle guiar desde sus hogares y en el aula enseñarles, ¿Qué seguir en su futuro? el decidir su carrera profesional, Una casa se estructura en base a un estudio y un proceso para la edificación para que este bien construida y no se desaprovechen los recursos por la mala construcción . Un buen aprendizaje instruye un buen estudiante formado en valores y principios etilos y morales.
Excelente, no había visto esta perspectiva de grandes proyectos que solo fueron pantalla principal en su tiempo y que una vez usados dejan de tener utilidad, si nos hace falta conciencia y humildad a toda la humanidad, pensar no solo en el presente y que este planeta se hereda