En un mundo dominado por la inmediatez y la superficialidad, leer se ha convertido en un acto de rebeldía. Esta entrada es una invitación para que hoy, en el día del libro, al tomar una obra, ya sea física o digital, nos alejamos deliberadamente de la distracción constante de las redes sociales y del flujo interminable de información fragmentada. Según Maryanne Wolf, autora de Proust y el calamar: La historia y la ciencia del cerebro que lee, la lectura profunda desarrolla conexiones neuronales que fomentan la empatía y el pensamiento crítico.
La lectura nos ofrece la oportunidad de sumergirnos en otros mundos y perspectivas, enriqueciendo nuestro propio entendimiento. A diferencia del consumo rápido de contenido en internet, donde el desplazamiento continuo nos impide profundizar, los libros nos brindan el espacio necesario para construir y dar forma a nuestras propias ideas.
En la era digital, donde las pantallas dominan nuestra atención, el tiempo para la introspección y el pensamiento crítico se ha reducido drásticamente. Nicholas Carr, en su libro Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, advierte sobre cómo la constante interrupción y multitarea afectan negativamente nuestra capacidad de concentración y comprensión profunda.
Leer nos permite pausar y reflexionar, desconectándonos del ritmo vertiginoso al que nos empuja la sociedad actual. Es en ese silencio donde podemos encontrar claridad y desarrollar una comprensión más profunda del «aquí y ahora».
Más allá de la acumulación de información, la lectura implica una transformación cognitiva y emocional. Estudios científicos han demostrado que leer mejora la empatía, la concentración y las habilidades analíticas. Un estudio publicado en Science por David Comer Kidd y Emanuele Castano (2013) encontró que la lectura de ficción literaria puede mejorar nuestra capacidad para entender los estados mentales de los demás.
Además, la lectura estimula la memoria y puede retrasar el declive cognitivo en la vejez. Según investigaciones publicadas en Neurology (Wilson et al., 2013), actividades como la lectura pueden reducir el deterioro cognitivo hasta en un 32%.
Leer es una inversión en nosotros mismos y en nuestra humanidad compartida. Desde las obras clásicas hasta los últimos avances científicos, los libros nos permiten explorar la condición humana en profundidad. Como dijo Jorge Luis Borges: «Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca».
En el Día del Libro, celebramos el poder transformador de la lectura. Elegir un libro es cuidar de nosotros mismos, es nutrir nuestra mente y espíritu en un mundo que a menudo nos insta a seguir sin detenernos a pensar. Recordemos que, como señaló Umberto Eco, «quien no lee, a los 70 años habrá vivido una sola vida: la suya propia. Quien lee habrá vivido 5.000 años».
En una época donde la velocidad y la superficialidad parecen reinar, leer sigue siendo un acto de resistencia y reflexión. Los invitamos a desconectarse por un momento de las pantallas, a sumergirse en la profundidad que sólo un buen libro puede ofrecer, y a reencontrarse con esa parte de nosotros que anhela entender y sentir el mundo en toda su complejidad.
Expost
Redactor en EXPOSTEducación a distancia con programas 100% en línea, validez oficial SEP y reconocimiento acreditado en diversos en países.
Todos los derechos reservados IEXE 2022 Aviso de Privacidad Contacto