En tiempos actuales, es común escuchar términos como izquierda extrema como derecha radical, pero muchas veces no son comprendidos en su totalidad dentro de sus contextos históricos y políticos. Las líneas que dividen a estas posturas a menudo son difusas y poco claras, lo que resalta la importancia de explorar sus orígenes y evolución para entender mejor qué las define.
Los términos izquierda y derecha nacieron en la Asamblea Nacional de Francia en 1789, durante la Revolución Francesa, donde los que apoyaban cambios radicales y la igualdad social se ubicaban a la izquierda, mientras que los defensores de la monarquía y el orden establecido ocupaban la derecha. Esta división simbólica marcó las posturas ideológicas de la época y comenzó a definir dos formas opuestas de entender las reformas sociales y políticas.
A lo largo del siglo XIX, estas nociones se extendieron más allá de Francia, adoptándose en diversos países para describir posiciones políticas diferentes. La izquierda se asoció con movimientos que defendían la justicia social, la igualdad y el cambio progresivo, como el socialismo y el comunismo. Por su parte, la derecha se vinculó al conservadurismo y la preservación de las estructuras tradicionales. Hoy en día, estos términos siguen siendo fundamentales para clasificar ideologías políticas, aunque su significado específico puede variar según el contexto cultural. Mientras la izquierda moderna se relaciona con el progreso social y la intervención estatal, la derecha defiende la libertad económica y la conservación de las tradiciones, reflejando la influencia histórica que aún define los debates políticos actuales.
La complejidad del tema tiene que ver con las dimensiones ideológicas de cada corriente. El mapa político no es una línea horizontal que va de izquierda a derecha, sino un un plano cartesiano con dos ejes principales: el eje horizontal (izquierda-derecha) y el eje vertical (libertad-autoritarismo), sin embargo, existen muchas corrientes, y también depende enormemente de la fuente del mapa.
En la generalidad, podemos entender a la izquierda y derecha política así:
Sin embargo, en realidad, es algo como esto:
Pero con un enorme compas político que tiene una cantidad considerable de posturas:
Así que es entendible la complejidad en definir los límites de las posturas políticas.
Las características específicas del espectro político del que estamos hablando en esta ocasión y que definen a la derecha radical son:
En el paisaje político actual, la derecha radical ha emergido como una fuerza significativa en varios países alrededor del mundo en las últimas décadas, incluyendo en algunos que parecía impensable, como en Alemania o Francia, desafiando con ello las narrativas establecidas y ganando terreno en la arena política. Movimientos y líderes como Javier Milei en Argentina, Marine Le Pen en Francia, VOX en España, o Giorgia Meloni en Italia, entre otros, han captado la atención internacional por sus enfoques nacionalistas, conservadores y a menudo controvertidos, un fenómeno que ha generado tanto preocupación como fascinación.
Las elecciones al Parlamento Europeo revelaron una tendencia preocupante: el Partido Popular Europeo, una fuerza conservadora, obtuvo 186 escaños, superando significativamente a los socialdemócratas, que se quedaron con 135 escaños. Este giro se ha manifestado en el Parlamento Europeo y en los resultados nacionales de varios países clave.
En Francia, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen logró una victoria aplastante, duplicando los votos del partido centrista de Emmanuel Macron. Esta victoria llevó a Macron a convocar elecciones parlamentarias anticipadas, en un intento por contrarrestar el avance de la extrema derecha. De manera similar, en Alemania, el partido Alternativa para Alemania (AfD) se colocó en segundo lugar, superando a la coalición gobernante liderada por Olaf Scholz.
Este crecimiento de la extrema derecha refleja un fenómeno más amplio en Europa, donde partidos similares han ganado terreno en estados como los Países Bajos y Suecia y se debe en gran parte a la retórica antiinmigración y a la explotación de la inseguridad cultural y económica que enfrentan muchas naciones europeas.
El auge de la derecha radical está estrechamente ligado a varios factores sociodemográficos. Los votantes de estos partidos suelen compartir ciertos perfiles: a menudo se trata de personas que perciben que los cambios sociales y culturales están amenazando sus valores tradicionales. En Europa, esto incluye a varones adultos blancos que sienten que sus identidades culturales y tradicionales están siendo desafiadas por el multiculturalismo y la inmigración.
En una anotación interesante, el mayor porcentaje de personas que se inclinan hacia esta corriente política son hombres jóvenes, mientras que las mujeres apuntan hacia ideologías más progresistas. Además, en muchos casos, estos votantes se encuentran en zonas que han sido económicamente desafiadas por la globalización y el cambio tecnológico.
La diferencia entre la derecha radical y la derecha neoliberal es clara en los casos de Donald Trump y Joe Biden en Estados Unidos, aunque ambos representan vertientes de la derecha con enfoques distintos. Trump encarna la derecha radical, caracterizada por su populismo, nacionalismo, retórica antiinmigración y oposición a las políticas globalistas, apelando especialmente a la clase trabajadora. Biden, por su parte, representa una derecha más tradicional y neoliberal, con un enfoque en la estabilidad económica y la continuidad de políticas globalistas, siendo menos radical y menos orientado a cambios culturales o nacionalistas. A pesar de estas diferencias, ambos comparten similitudes, como su inclinación por políticas bélicas y neoliberales, aunque con estrategias y retóricas diferentes.
El ascenso de figuras como Milei, Le Pen, VOX y Meloni ilustra un cambio dinámico en el panorama político global, donde la derecha radical continúa desafiando las normas establecidas y redefiniendo el debate político en el siglo XXI. Su impacto y legado están aún por determinarse, pero su presencia ya ha dejado una marca profunda en la política contemporánea.
La derecha radical, en particular, ha ganado protagonismo en los últimos años, atrayendo a sectores de la población que se sienten marginados por el statu quo tanto de izquierda como de derecha. Aunque estos movimientos presentan un rechazo claro a la globalización y a los valores cosmopolitas, su ascenso plantea importantes preguntas sobre la tolerancia, los derechos humanos y la estabilidad política y los posibles escenarios futuros de un mundo que necesita con urgencia, posibilidades menos catastróficas
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Ruy Renau
Redactor en EXPOSTComunicólogo, unfluencer, dog dad, emprendedor de 5 cifras, traumado con la IA y el dominio de las máquinas. Melómano, cinéfilo, lector, gamer, arte, contra cultura y re-curioso. Ultra puntual en todo siempre y cero despistado. Valores cristianos.
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