El costo, si hablamos de pérdidas humanas por fallecimiento debido a enfermedades causadas por el tabaco, es muy elevado; si pensamos económicamente, por inversión y gasto destinado a la atención de pacientes con cáncer de pulmón generado por el tabaco, también es elevado.
Entonces, ¿no están funcionando las políticas antitabaco? En este blog, haremos una revisión cuantitativa y cualitativa, tomando como referencia estudios que analizan el contexto internacional y mexicano, para ahondar más en el tema del consumo de tabaco y el gasto público que genera.
De acuerdo al Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP), en 2021, los costos de atención estimados para cáncer de pulmón para la población sin seguridad social ascendieron a 2 mil 422 millones de pesos (mdp). En 2018, cerca de ocho millones de personas murieron en el mundo a causa de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Es una realidad que el consumo de tabaco ocasiona incrementos en el gasto en salud y pérdidas de capital humano.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022), también ha catalogado el tabaquismo como la principal causa de enfermedades, discapacidad y muerte prematura, lo cual lo convierte en la causa de mortalidad prevenible a nivel mundial.
Por si fuera poco, la OMS también señaló que la producción de tabaco agrava de manera innecesaria la escasez de recursos y la fragilidad de los ecosistemas. Una razón más para dar seguimiento al problema del tabaquismo y detener la tala de 600 millones de árboles con los que se fabrican cigarrillos, los cuales emiten 84 millones de toneladas métricas de C02 a la atmósfera causando que se eleve la temperatura del planeta; así como evitar que 22 mil millones de litros de agua sean destinados en la fabricación de cigarrillos.
El cigarro es altamente adictivo y contiene alrededor de 4,000 sustancias, de las cuales 100 son cancerígenas. Para el investigador Guillem (2005), el tabaquismo es el mayor problema de salud pública en los países occidentales desarrollados y es un problema fundamentalmente social cuya solución exige un abordaje global que debe ser planteado desde el marco político.
Ante esta problemática, diferentes países desarrollaron políticas públicas de salud para el control, consumo y humo del cigarro. Un antecedente de ello es el documento “Tabaco o salud en la Unión Europea. Pasado, presente y futuro”, con el cual examinaron la evidencia del impacto de las políticas de control del tabaquismo (Guillem, C., 2005).
En su análisis, manifiesta que España, República Checa, Austria, Letonia y Luxemburgo son los países que aplican políticas menos efectivas para prevenir y atender los problemas relacionados con el tabaquismo. Por otra parte, Francia, Reino Unido, Portugal y los Países Escandinavos cuentan con buenos resultados gracias a la implementación de políticas adecuadas.
Asimismo, identificó a través de un análisis longitudinal cuáles son las prácticas que han funcionado mejor en relación con el coste-efectividad de las políticas sanitarias aplicadas en la Unión Europea, entre las que destacan:
El seguimiento de las políticas públicas para control del consumo del tabaco ha demostrado disminuciones importantes, por ejemplo, un aumento del precio del tabaco de un 10% disminuye su consumo aproximadamente un 4%, o la estimación que la prohibición de la publicidad puede disminuir en un 7% el consumo del tabaco; sin embargo, el investigador Guillem manifiesta que se deben actualizar las políticas y evaluarse de manera periódica.
En el contexto mexicano, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat), del 2016-2017, reportó que 14.9 millones de mexicanos de 12 a 65 años fuma actualmente, siendo los hombres con mayor porcentaje de fumadores, quienes representan el 6.4% de forma diaria, y el 11.1% de forma ocasional. La edad promedio de inicio de consumo de tabaco diario fue a los 21 años en las mujeres y de 18.8 años en los hombres, con un promedio de 7.4 cigarros al día.
Entre 2004 y 2017 se registraron un total de 1 404 dictámenes de invalidez debido a cáncer pulmonar (CaPu), lo que representa un incremento de 111 personas en 2004 y de 122 para 2017, que no pudieron continuar trabajando debido a CaPu (Rascón-Pacheco, 2018).
La pérdida de capital humano también es otra consecuencia por el consumo de tabaco, el cual genera uno de los principales cánceres, pues de acuerdo a la información disponible del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el costo de la atención integral por paciente ocupa el primer lugar; en segundo lugar, está el cáncer de mama y, en tercer lugar, el cáncer de próstata. Los costos de atención CaPu en el IMSS, son por costo unitario de tratamiento y se incrementa directamente y de manera proporcional con el estadio clínico al momento del diagnóstico.
El impacto financiero para el IMSS presentó un incremento de 5.3 millones de dólares en 2004, a 5.8 millones de dólares para 2017, de acuerdo a la tasa por 100 000 derechohabientes adscritos a médico familiar (Rascón-Pacheco, 2018).
Investigaciones más recientes, demuestran que, de acuerdo al Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME, 2022), el tabaquismo sigue siendo el primer factor de riesgo asociado con cáncer de pulmón. Cerca del 16% de la población es fumadora, 25% hombres y 8% mujeres (CIEP, 2022).
Para poder estimar el presupuesto necesario para la atención médica del cáncer de pulmón que, a diferencia de otras enfermedades, no se incluye en la lista de enfermedades que atiende el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI); se obtiene la prevalencia de cáncer de tráquea, bronquial y pulmonar en cada estado, por costo unitario ajustado por la inflación.
La investigación del IHM (2022) revela que, en 2021, los costos de atención estimados para cáncer de pulmón para la población sin seguridad social ascendieron a 2 mil 422 millones de pesos (mdp), lo que equivale al 18.5 % de la recaudación por Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) al tabaco que fue transferida a los estados de la República Mexicana. Mientras que el costo de atención estimado, considerando el factor de riesgo atribuible a tabaco por estado, alcanza 919 mdp, esto representa el 7% de la recaudación del IEPS al tabaco transferido a los estados.
Esto es, se invirtió 60 mdp más que en 2019, debido a que el costo unitario incrementó 9.3%, y el número de casos de CaPu disminuyó 2.5%.
Del 17.8% de las personas que padecen CaPu, el mayor porcentaje se concentra en el Estado de México y Ciudad de México, con mil 237 y mil 74 casos, respectivamente. Por su parte, Campeche y Tlaxcala reportan menos de 100 casos cada uno.
Lo siguiente será hacer una evaluación posterior a la aplicación del nuevo Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, que entró en vigor el 15 de enero de 2023 y que tiene como principales disposiciones la prohibición total de toda forma de publicidad y promoción de productos de tabaco, incluida su exhibición en los puntos de venta, y la ampliación de la protección frente al humo y las emisiones de cualquier producto de tabaco y nicotina; para observar la disminución de casos y de gasto público destinado a atender enfermedades provocadas por el tabaquismo.
Ante dicho panorama, consideramos las siguientes reflexiones. En primer lugar, México es un país que cuenta con baja inversión en salud y con un perfil epidemiológico complejo, ya que persisten enfermedades crónicas que van en aumento (Charvel, 2018). Sin embargo, las enfermedades de especialidad no siempre tienen una cobertura universal en salud, por ello, deben priorizarse los tratamientos, intervenciones e insumos, considerando elementos esenciales de tales padecimientos, examinando la existencia de tratamientos efectivos y los objetivos de política pública para reducir la desigualdad en el acceso a los servicios de salud.
El parteaguas es que, si no hay una disminución en el consumo de tabaco y, por lo tanto, la cifra de quienes requieren atención médica especializada de CaPu, tampoco baja, los gobiernos deben generar mecanismos que tengan como objetivos ampliar la cobertura de atención e intervención, atendiendo los costos y cuotas de acuerdo a los recursos públicos disponibles para el sistema de salud. Un reto, sin duda, enorme y de carácter estructural, pues se requiere de diferentes actores para atender la magnitud del problema de tabaquismo.
Rascón-Pacheco (2019) propone, para la evaluación del impacto de políticas sanitarias antitabaco, un estudio de efecto-cohorte-edad para observar la evolución real del padecimiento e identificar si hay una disminución de la mortalidad por cáncer de pulmón a partir del periodo de implementación de las leyes que aplican restricciones al tabaco; así como realizar estudios costo-beneficio de las mismas.
Cabe decir que, aunque el cáncer de pulmón siga siendo la principal causa de muerte por neoplasias malignas, se ha mostrado una tendencia descendente en la incidencia y mortalidad de la población afiliada al IMSS, debido a las medidas de control de tabaco acordes con las directrices nacionales e internacionales.
Se ha observado en la revisión de literatura, que sí existe una reducción de la incidencia a partir de la implementación de las políticas públicas antitabaco, como la restricción del consumo de cigarro en establecimientos públicos, publicidad e información sobre las consecuencias del tabaquismo, no obstante, las cifras de casos de cáncer de pulmón sí representan un elevado gasto público. Fumar sin duda representa una problemática multidimensional en materia de salud, economía, políticas públicas y social, por lo cual el seguimiento, actualización y evaluación en materia de legislación antitabaco debe ser constante.
CIEP, 2023. Estimación del costo de atención de cáncer de pulmón. Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C., recuperado en https://ciep.mx/wp-content/uploads/2022/11/Estimacion-del-costo-de-atencion-de-cancer-de-pulmon.pdf
Charvel, S. (2018) Necesidades de cobertura y atención del cáncer pulmonar en México. Salud Pública de México, versión impresa ISSN 0036-3634. Recuperado en https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342019000300339#B7
Córdoba-García, R. (2020). Catorce años de ley de control del tabaco en España. Situación actual y propuestas. Recuperado en https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-catorce-anos-ley-control-del-S0212656720301360
Guillem, C. (2005) Políticas de prevención y control del tabaquismo. Vol. 35. No. 8. páginas 387-389, Elsevier, Atención Primaria, recuperado en https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-politicas-prevencion-control-del-tabaquismo-13074789
Rascón-Pacheco, R.A y Col. (2019) Incidencia, mortalidad y costos de la atención por cáncer de pulmón en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Salud Pública de México, Vol. 61, No. 3, mayo-junio, recuperado en https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/9808/11748
Soto, D. (2023). Ley antitabaco reducirá enfermedades y protegerá a menores, dicen especialistas. Recuperado en https://politica.expansion.mx/mexico/2023/01/17/ley-antitabaco-reducira-enfermedades-y-protegera-a-menores-dicen-especialistas#:~:text=El%20control%20del%20cigarrillo%2C%20su%20humo%20y%20emisiones,promoci%C3%B3n%20de%20la%20salud%20y%20la%20seguridad%20vial
Gema Mateo Pacheco
Redactor en EXPOSTEscritora, comunicóloga y lectora. Maestra en Opinión Pública y Marketing Político, investigadora en juventudes, colectivos sociales, educación y ciencia.
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